En uno de sus primeros mensajes en Twitter, “promete” cumplir dignamente con sus obligaciones de “primer perro”. “Me esfuerzo por brindar derechos y afecto no sólo a los perros, sino a todas las mascotas de Chile”, dice el comunicado difundido.

Su gato compañero Bulu, propiedad de Irina Karamanos, novia de Boric, aún no es tan popular. Sólo tiene unos pocos miles de seguidores en Twitter, pero ese número podría crecer significativamente a medida que comparta informes sobre otros gatos y los primeros días de Boric como presidente electo.

Cabe señalar que estos animales no son ni mucho menos las primeras mascotas de políticos que se convierten en héroes de las redes sociales. En 2017, las fotos de Nemo, el perro del presidente francés Emmanuel Macron, haciendo sus necesidades en pleno Palacio del Elíseo, se hicieron virales. En Estados Unidos se vigila la vida de los perros del Presidente Joe Biden, uno de los cuales, por cierto, tuvo que abandonar Washington tras morder a varios funcionarios.

La Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, es una amante de los gatos, por lo que todo el país se ha enterado de la muerte de su mascota, Padles. Y el gato más famoso es probablemente Larry, que vive en la residencia del gobierno británico en Downing Street. Lleva más de 10 años en el puesto de jefe de los ratones, durante los cuales han cambiado varios Primeros Ministros. Y los periodistas no tienen reparos en entrevistarle.